Fallas solidarias: mucho más que fallas
A estas alturas de marzo parece obvio pero no nos resistimos a decir
¡Ya estamos en Fallas! 🙂
Esta fiestas son Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y, como tal, un atractivo para miles de turistas que nos visitan cada año. Más allá del programa clásico de festejos que podéis seguir, como ya es tradición, en la Guía Ser Falleros, queremos proponeros visitar fallas solidarias.
Porque creemos que el trabajo y la fiesta, igual que una empresa o cualquier otro proyecto, siempre puede ir un paso más allá e incluir entre sus objetivos un fin social. En este caso, la importancia de la fiesta grande de Valencia la convierte en un escaparate perfecto para distintas realidades.
Fallas solidarias: mucho más que fallas
La Falla Palleter-Erudito Orellana ha levantado su monumento de 17 metros de altura a tombe, es decir, de forma manual, con la fuerza de 200 mujeres, muchas de ellas supervivientes del cáncer de mama.
El monumento fuera de concurso es obra del artista Manolo García y representa al histórico Palleter que da nombre a la falla con un lazo rosa en lugar de bandera, apoyado sobre un microscopio, símbolo de la investigación, y una bola del mundo que representa la universalidad de esta lucha.
Además de las actividades propias de cualquier falla, durante la semana fallera están previstas actividades relacionadas con esta dolencia: “talleres sobre nutrición y formas de llevar el pañuelo para mujeres afectadas, animación lectora para niños y presentación de libros”.
También se recogerán firmas para pedir en el parlamento una modificación de la ley de mecenazgo para investigación y se recaudarán fondos para el proyecto que dirige la doctora Ana Lluch, jefa del Servicio de Hematología y Oncología del Hospital Clínico Universitario de Valencia.
Y el día 18, la bola del mundo (que es visitable) se convertirá en “un hospital para ositos de peluche donde los niños vendrán a curar a sus mascotas como una forma de desdramatizar el proceso”.
La falla infantil, obra de Salva Dolz, representa una fuente de los deseos donde niños y niñas son “los actores de la curación mediante sonrisas y abrazos”, y también los creadores del jardín de la esperanza que rodea la falla.
Más fallas comprometidas
Por otra parte, la comisión infantil de Carrera San Luis–Dr. Waksman ha plantado un monumento que homenajea la Casa Ronald de Valencia y su labor para dar un hogar “a aquellas familias que han tenido que desplazarse para seguir un tratamiento médico de larga duración”. Más info, aquí.
La falla Santa María Micaela-Martí l’Humà cuenta este año con tres monumentos, uno de ellos instalado en la casa de acogida que la Fundación de la Mare de Déu, Maides, tiene en Burjassot. Bajo el lema La magia de Maides pretenden dar visibilidad a este proyecto, recaudar fondos y hacer partícipes de las fallas a usuarios y usuarias.
La mayor apuesta por la inclusión de las personas con diversidad funcional visual está en la falla San José de la Montaña–Teruel, donde la aplicación Veig la falla localiza la posición de la persona con esta aplicación y le narra la escena que tiene delante.
El desarrollo de esta aplicación es de la empresa valenciana Quasar Dynamics y David Casinos, el deportista paralímpico, apadrina este proyecto. Si quieres más info, pincha este enlace.
Tenéis más iniciativas solidarias en esta noticia de Las Provincias. Y destacamos en las notas falleras solidarias que reúne Ana Mansergas en Valencia Plaza, la Falla de Cáritas, realizada por miembros del proyecto Mambré, y las xocolatàs con chocolate de comercio justo que han tenido lugar en varios colegios
¡Incluye en tu ruta una visita a las fallas solidarias! ¿Conoces más proyectos solidarios de este año? ¡Cuéntanoslos!
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