Día de la No Violencia y la Paz
Desde 1964, para conmemorar la muerte de Gandhi se celebra el 30 de enero el Día de la No Violencia y la Paz, reconocido por la UNESCO en 1993.
Mahatma Gandhi nació en Porbandar (India), en 1869, y tras graduarse en Derecho en Inglaterra, se instaló en Sudáfrica, donde luchó contra la discriminación de que eran objeto sus compatriotas indios. Al volver a la India organizó la resistencia no violenta (pues su filosofía, de base religiosa, tenía por principio fundamental la no violencia) contra el colonialismo y la no cooperación con la administración inglesa. Gandhi se convirtió en un líder nacionalista, pero, por encima de todo, fue un defensor de la igualdad y la justicia. Luchó con gran ímpetu tanto para lograr la independencia de la India como para acabar con las desigualdades que padecía la sociedad de su país. En una sociedad tan estratificada como la India, se puso del lado de los intocables (casta privada de todo derecho) y predicó la admisión de todos los individuos en la sociedad y la igualdad de todos sus miembros. De hecho, sus ideales trascendían el ámbito estrictamente político: más allá de la liberación de su país y la transformación social, abogó por el perfeccionamiento espiritual del hombre.
Históricamente, las acciones de Gandhi demostraron que el pacifismo era un instrumento viable para alcanzar objetivos políticos ambiciosos y que la independencia de la India era posible sin necesidad de derramamientos de sangre. En un siglo convulsionado por dos guerras mundiales y multitud de trágicos sucesos, Gandhi mantuvo siempre su lucha bajo los estandartes de la concordia y la no violencia que había predicado. De ahí que su figura se halle indisolublemente unida con la resistencia pacífica y la no violencia.
Por todo ello, en esta fecha se recuerda la necesidad de la educación para la tolerancia, la solidaridad, el respeto a los Derechos Humanos, la no violencia y la paz, y que se resume muy bien en el lema de este día:
‘El amor universal es mejor que el egoísmo, la no–violencia es mejor que la violencia y la paz es mejor que la guerra‘.
En este día, especialmente los colegios y centros educativos se convierten en instrumentos de paz y entendimiento entre personas de distinta formación, raza, cultura y religión. Por lo que no es de extrañar que si tienes hijos, vives cerca de un colegio y pasas por delante de este, el próximo 30 de enero, el Día de la No Violencia y la Paz, veas actos relativos a este día.
Pero, en la actualidad ¿cuál es la situación en la nos encontramos?
Pues con tan sólo echar un vistazo a los telediarios, a la red, escuchar la radio… nos damos cuenta de que algo está fallando. Atentado en Estambul que suma una cadena de actos violentos que sacuden el mundo en todos sus rincones. ISIS en Siria e Irak; el perpetuo conflicto palestino-israelí; los estragos del narcotráfico en México; la guerrilla en Colombia que ahora promete paz o el país más violento del mundo, Venezuela, que no ha necesitado una guerra para lograr tan infame liderazgo.
Tampoco es necesario que nos vayamos a otro país u otro continente, cerca de nuestras casas también pasa. Cada vez son más los actos de “personas” que se esconden detrás de un ratón y un teclado para fomentar el odio entre nosotros, aprovechando el anonimato de las redes sociales.
Para que nos hagamos una idea, según el último Índice de Paz Global 2016, realizado por el Instituto para la Economía y la Paz en junio del año pasado, el mundo se ha vuelto cada vez más peligroso:
“Sólo 10 países considerados completamente libre de conflictos. Los únicos países libres de conflictos internos y externos en el índice son Botswana, Chile, Costa Rica, Japón, Islas Mauricio, Panamá, Qatar, Suiza, Uruguay y Vietnam. En general, 81 países llegaron a hacerse más pacíficos durante el año pasado, mientras que la situación se deterioró en 79. Mejorar el estado de paz en el mundo tiene una dimensión económica importante, en la parte superior de una obvia dimensión humana”.
Uno datos, que acercándose el Día de la No Violencia y la Paz nos hacen reflexionar y preguntarnos, ¿hacía dónde vamos? ¿qué futuro les espera a nuestros hijos con este caos?
Esperemos que estas situaciones que tenemos en la actualidad no sean duraderas y pronto se acaben todos los conflictos. Luchemos por un mundo mejor.
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